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informe ambiental




¿Cuáles son los principales problemas medioambientales que enfrenta el país?


"El gran estilo" René Magritte
Diversas publicaciones describen el estado del medioambiente en Chile. Los temas son vastos y las fuentes diversas. Para facilitar la búsqueda, el “Huemul Atómico” elaboró una pauta general que sin ser exhaustiva, recoge algunos de los temas centrales expuestos en estudios publicados recientemente en el país. 

La mayoría de éstos provienen sin embargo del último “Informe País: Estado del Medio Ambiente en Chile 2008”, editado en el año 2010 por el Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile. Dicho trabajo contó con el patrocinio de Naciones Unidas, CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) y ex-CONAMA (Corporación Nacional para el Medioambiente).


Les invitamos a dar lectura a la siguiente pauta y consultar la lista de enlaces de referencia que proponemos al final de este texto.


Pauta de problemas medioambientales desde la mirada del “Huemul Atómico”


En los últimos años Chile ha experimentado un gran crecimiento económico basado en un modelo abierto hacia los mercados externos y sustentado por la explotación de sus recursos naturales. Pero, ¿a qué costo? (Cerca del 64% de las exportaciones nacionales tienen su origen en la extracción de materias primas).

Si bien las tasas de crecimiento son actualmente elevadas (5,2 en 2010 con un PIB de 5,8% el cuarto trimestre del mismo año), se han generado igualmente múltiples externalidades negativas. Por una parte graves daños medioambientales, mientras que por la otra una distribución desigual de la riqueza (el país con las mayores desigualdades de ingresos, confirma la OCDE en abril de 2011). Ambas situaciones atentan contra el desarrollo y ponen en riesgo parte de los objetivos del milenio: la sostenabilidad ambiental y la abolición de la pobreza. 

Los recursos naturales están sometidos entonces a múltiples presiones provocadas por las actividades industriales y extractivas.
La silvicultura, la agricultura, la pesca y la extracción de minerales son los principales responsables de los daños y al mismo tiempo quienes generan la mayor parte del ingreso.

Pese a que el Estado dispone de un marco jurídico destinado a impedir o atenuar dichas presiones, en la práctica su acción ha sido hasta ahora insuficiente. La primera Ley existente en la materia (Ley de Base del Medioambiente de 1994) promulgada durante el gobierno de transición post-dictadura, fue reemplazada en el año 2010 por la Ley Nr. 20.417 que creó el Ministerio del Medioambiente.

Según el «Informe país 2008: Estado del medioambiente en Chile», los problemas medioambientales son múltiples: El agua, el aire, los suelos, los ecosistemas marinos y terrestres, los bosques endémicos, la biodiversidad y el medio urbano están en constante degradación.


Agua


Respecto al agua, se observa una disponibilidad desigual de recursos hídricos entre el norte y el sur del país, una alta demanda del sector energético, agrícola y productivo e igualmente presencia de contaminantes en ciertas zonas (vertido de desechos urbanos, industriales y mineros). La construcción de centrales hidroeléctricas para la producción de energía en el sur de Chile, modifica igualmente los cursos naturales del agua de los ríos. La extracción de minerales en la Cordillera de los Andes por su parte, también altera cuencas hídricas al intervenir glaciares cercanos a las zonas de explotación.

Pese a la alta presencia de fuentes naturales de agua dulce en el país (ríos, lagos, glaciares, napas subterráneas) y a la alta disponibilidad promedio per cápita a nivel nacional (60.614 m3/habitante/año), las regiones áridas y semi áridas enfrentan problemas de penuría por razones geográficas y climáticas. Entre la zona norte y parte de la zona central de Chile, la oferta natural de agua “no supera los 1.000 m3/habitante/año, alcanzando en algunos casos apenas los 200 m3/habitante/año”, indica el “Informe País 2008”.

En ciertas regiones desérticas y semi-desérticas del norte la situación es aún más crítica debido a las presiones que ejercen sobre los recursos hídricos la actividad productiva y la minería.

Las fuentes naturales de agua son entonces insuficientes para responder a las demandas de la población, dejando aparecer vastas zonas que denotan un alto nivel de "estrés hídrico" .
© Foto: Archivo Huemul (click para agrandar)
Es el caso por ejemplo de la región de Antofagasta (río Loa) Copiapó (río Copiapó).El Valle del Huasco, en la Tercera Región del país, presenta una particularidad: se trata de una zona semi desértica que cuenta con una cuenca hidrográfica alimentada por glaciares cordilleranos situados junto a Pascua Lama, una de las minas de oro más grandes del mundo. En este lugar, organizaciones locales se enfrentan actualmente a multinacionales mineras para proteger los recursos hídricos, la actividad agrícola y el espacio de vida.

El uso del agua a nivel nacional por su parte, varía en función de la región y la actividad ejercida. En términos generales, se utiliza principalmente para generar hidroelectricidad en el sur del país (uso no consuntivo). En cuanto al uso consuntivo (consumo propiamente tal), la distribución de la demanda nacional en orden decreciente es la siguiente: agricultura (riego), industria, minería y agua potable de uso doméstico.


Aire y Suelos


Los problemas con la calidad del aire y la polución atmosférica están vinculados a las emisiones de material particulado (MP), dióxido de azufre (SO2) y óxidos de nitrógeno (NOx) derivados de actividades urbanas, mineras e industriales. Ellas se localizan en ciertas regiones y se presentan en periodos específicos del año (principalmente en invierno). Surgen entonces las llamadas “Zonas Saturadas” en ciudades como Santiago sometidas a emisiones de fuentes móviles (o vehículos) e industriales, en la zona minera de Chuquicamata y en Temuco (estufas a leña de consumo domiciliario como fuente calórica a bajo costo).

Los suelos por su parte, principalmente aquellos destinados a la agricultura, presentan la particularidad de estar limitados debido a la geomorfología del país.
Se observa igualmente una disminución de las tierras agrícolas, erosión, degradación biológica y desertificación.

El 80% de la superficie del país es montañosa, mientras que sólo el 20% correponde a zonas de planicies potencialmente aptas a la actividad agraria.

Al margen de esta limitación natural, otros factores atentan contra el uso del suelo: la sobreexplotación agrícola, la expansión urbana (principalmente en la zona central donde organizaciones medioambientalistas hacen referencia al crecimiento “anárquico” de la ciudad de Santiago por ejemplo), las actividades mineras (depósitos de pasivos mineros, “relaves”) y el uso de químicos (generación de residuos derivados de abonos artificiales y pesticidas).


Bosques, ecosistemas terrestres y medio urbano


© Foto: Archivo Huemul (click para agrandar)
El sector forestal en cambio es afectado por procesos de “habilitación” (preparar una zona boscosa a la
actividad agrícola y ganadera) y de “substitución" (reemplazo de bosques primarios por plantaciones de pino y eucaliptus). Igualmente por las inundaciones debido a la construcción de mega-centrales, incendios, consumo de madera (calefacción, productos transformados, tráfico ilegal, entre otros). Estos fenómenos degradan el patrimonio natural y reducen la superficie boscosa arriesgando con ello la sobrevivencia de especies vegetales y animales.

Los ecosistemas terrestres enfrentan pérdida de biodiversidad y de especies endémicas (aumento de la vulnerabilidad de hotspot), causados por la deforestación, la introducción de especies exógenas y la sobreexplotación.


¿Qué es un hotspot?:


Es una zona de ecosistemas terrestres que destaca debido a su nivel de endemismo y el grado de amenaza que pesa sobre su biodiversidad.

Hotspot, o "punto caliente de biodiversidad", hace referencia a espacios de biodiversidad amenzados por el hombre y que resulta urgente proteger. Un hotspot comprende al menos 1500 tipos de especies endémicas diferentes. A nivel mundial, ya han perdido cerca del 70% de la vegetación original. Actualmente existen en el mundo 34 hotspots que ocupan el 2,3% de la superficie del planeta. El 86% de ellos está destruido. Los hostpots acogen el 50% de las especies de la Tierra y el 77% de los vertebrados terrestres. Chile posee uno de los 34 hotspot del mundo. (Reduce Global Warming: Informe País 2008, p.177).

El hotspot chileno se sitúa de este a oeste entre el Océano Pacífico y la Cordillera de los Andes y de norte a sur entre Antofagasta y Aysén. Comprende ecosistemas de bosques “sclérophylles” y “bosques pluviosos valdivianos” (Chilien winter rainfall-Valdivian forests) considerados mundialmente como hotspot debido a su singular biodiversidad.

Estos comprenden 397.000 km2 de superficie, albergan 1.957 especies de plantas endémicas, 226 tipos de aves, 64 de mamíferos, 43 de anfibios, 41 de reptiles y el 30% de la vegetación endémica del país. (Informe País 2008, p.212)

Varias de dichas especies se encuentran hoy amenazadas debido a la destrucción del habitat causado por la deforestación, la contaminación del aire, el agua y los suelos. Otro fenónemo que causa igualmente problemas deriva de la introducción de especies exógenas de flora y fauna. El medio urbano también enfrenta problemas siendo los más importantes la gestion de desechos sólidos y líquidos, contaminación del aire y substitución de tierras causada por el crecimiento anárquico de las ciudades.


Ecosistema marino


En cuanto al ecosistema marino, pese a que las cifras muestran una significativa disminución de capturas de especies y una mejoría en la calidad de las aguas, los efectos sobre la biomasa y los recursos persisten. Ellos derivan de las presiones ejercidas por fenómenos naturales tales como la corriente de El Niño pero principalmente causadas por la actividad humana: pesca de extracción (industrial y artesanal), la
acuicultura (utilización excesiva de antibióticos para la crianza de salmones) y descarga directa de contaminantes urbanos e industriales en los bordes costeros. Chile posee 4200 kilómetros de costas en el territorio continental.
Por ello gran parte de la actividad productiva del país proviene de la extracción de recursos marinos, entre los que destacan la merluza común.


Recursos mineros


La explotación de recursos mineros, actividad de gran importancia para el desarrollo económico del país (representa cerca del 7% del producto nacional), genera a su vez problemas de contaminación del aire, del agua y de los suelos (desechos mineros y los llamados « relaves»).

Se constatan igualmente múltiples impactos medioambientales causados por las minas abandonadas que no cumplen con los requerimientos necesarios al cierre de faenas (de acuerdo a cifras de Sernageomin, en el 2008 se contabilizaron 371 minas abandonadas a lo largo del país).

Por su parte, la evaluación de riesgos para impedir el drenaje ácido de minas (DAM) e infiltración en napas freáticas, es estudiado en Chile sólo desde el año 2000. Su consecuencias aún no son medidas en su totalidad.

Respecto al consumo de energía eléctrica del sector, según informes del Consejo Minero de Chile, en el año 2008 la industria minera solicitó 1/3 de la energía nacional y 90% de la energía producida en el norte del país.
© Foto: Cégé (click para agrandar)


Del total del consumo de combustibles fósiles requeridos, las mayores demandas provienen de las actividades de extracción de minerales, mientras que los centros de lixiviación y de extracción son los que consumen la mayor cantidad de electricidad. (Informe País 2008, p. 373) Primer productor mundial de cobre, de molibdeno, de iodo y de litio, Chile extrae igualmente oro y plata.


¿Qué son los “relaves"?:



Son desechos o materiales de descarte generados durante la etapa de proceso de minerales. Mezcla de material molido (tierra, rocas, mineral) y agua, la mayoría de ellos no pueden ser reutilizados en el proceso productivo debido a sus altas concentraciones de tóxicos y a la presencia de reactivos de flotación, mercurio u otros productos tales como cianuro (presente principalmente en el procesamiento del oro).

A fin de evitar contaminación ambiental por contacto con el suelo y las aguas de consumo humano, los relaves son almacenados en "tranques o pozas de relaves". Estos deben contener los desechos mineros en estructuras seguras y estables en el tiempo. 

Pese a que empresas mineras han ido incorporando con el tiempo criterios ambientales en sus actividades productivas, los depósitos de relaves generan riesgos por diversas causas: riesgo sísmico, riesgo hidrogeológico, generación de polvo, contaminación del suelo, uso alternativo del terreno, consumo de agua y fallas en el sistema de disposición. (“La Minería y su pasivo ambiental”, López y otros).


Demandas energéticas


Las demandas energéticas por su parte, aumentan de manera sostenida en el país. Ellas provienen de nuevas necesidades creadas por el desarrollo. Tanto las actividades industriales como la población en busca de mejoras en la calidad de vida, solicitan más y más energía.

Su generación y uso produce sin embargo efectos directos en el medioambiente contaminando aguas, suelos y aire (principalmente a causa del transporte y de los procesos productivos del acero, cobre, celulosa, entre otros).

En algunas ocasiones causa igualmente impactos sociales y culturales al modificar costumbres y formas de vida de comunidades que se ven "obligadas a abandonar sus tierras", señala el "Informe País” de la Universidad de Chile.

Especialistas sostienen sin embargo que la demanda en energía aumenta a índices superiores al crecimiento económico, “a un promedio de 2% por encima del producto interno bruto, PIB” (R.Sohr).

La solución propuesta entonces por diversos expertos en la materia, consistiría en:
a) diversificar las fuentes de energía al implementar el uso de ERNC (energías renovables no convencionales).
b) promover la Eficiencia Energética (utilización racional de la energía).

Este hecho ilustraría la falta de políticas públicas que promuevan la “eficiencia energética”, mecanismo que permitiría atenuar la demanda y disminuir con ello daños al entorno sin atentar contra el desarrollo.
En el año 2008, el total de energía utilizada en Chile alcanzó 355.259 teracalorías.

El principal consumidor nacional lo constituyen la industria y la minería con un 39% de la demanda. Le siguen el transporte con 35%, el sector comercial, público y residencial con 25% y finalmente los consumos propios con 1%. (Informe País 2008, p.446)

La primera fuente energética de los centros de transformación es el carbón. Para el sector industrial y minero en cambio, lo constituyen el petróleo y la electricidad. El sector transporte utiliza básicamente petróleo; mientras que el sector residencial, público y comercial, recurre preferentemente a la leña.

La situación de la energía eléctrica es particularmente descrita. Del total de electricidad consumida en el 2008 por todos los sectores a nivel nacional (52701 GWh ), el 66 % proviene de la industria y la minería.

Por su parte, las fuentes generadoras de energía eléctrica se distribuyen entre térmica (carbón), eólica (aire) e hidráulica (agua), producción que varía durante el año de acuerdo a las estaciones y las disponibilidades de agua.

Pese a que la electricidad de origen eólica aumentó entre los años 2007 y 2009, en términos generales el 60,1% de la electricidad generada en el 2008 fue de origen térmico, mientras que el 39,9% restante de origen hídrico. ΗÄ





Fuentes: