Cargando

Biodiversidad al cruce de las ciencias naturales y humanas




De la ciencia ecológica a la ecología política


© Foto: Vanhulst- Lago Colbún (click para agrandar)
La ecología se constituye como ciencia a principios del siglo XIX. En 1866, el científico alemán Ernst Haeckel propone por vez primera el término Oekologie en su libro Generelle Morphologie des Organismen.

Considerada como una rama de la biología, esta ciencia estudia entonces las relaciones de dependencia entre los seres vivos y su medio de vida.

Los años ‘60 sin embargo marcan un cambio de sentido. La ecología adquiere una connotación política e ideológica con un objetivo claro: proteger el medio ambiente. (Se trata de los primeros intentos por vincular sociedad y medio ambiente).

“Silent Spring”, el emblemático y controvertido libro de la escritora Rachel Carson publicado en 1962, contribuye a lanzar el movimiento ecologista en el mundo occidental al situar el tema ambiental en el campo de la política.Varias iniciativas posteriores subrayan la necesidad de incluir variables ambientales en las decisiones políticas (Dorst, 1965; White, 1967, Manifiesto Blueprint for survival, 1972; etc.). Éstas constituyen la base conceptual y empírica de lo que será la primera Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente Humano de 1972, evento que proyecta la problemática socio-ambiental a nivel internacional.A partir de entonces, se inicia una lenta metamorfosis de los problemas ambientales, los cuales se centran en temáticas globales tales como cambio climático, pérdida de biodiversidad y desarrollo sostenible. Estos enfoques integran y a veces esconden, una multitud de materias, de nudos que tejen la relación entre el ser humano y la naturaleza.


Biodiversidad como ciencia humana


Del mismo modo, el interés y la preocupación por la diversidad biológica de la biosfera, transita desde la esfera exclusivamente científica hacia las ciencias humanas. Se constituye también como un complejo entramado que relaciona ecología científica y ecología política.
En 1985, el biólogo Walter G. Rosen propone el uso del neologismo « Biodiversity » (contracción de la expresión Biological Diversity del tropicalista Thomas Lovejoy, 1980) en el «1st National Forum on Biological Diversity» de 1986. La nueva palabra será popularizada por el entomólogo Edward O. Wilson, padre de la sociobiología, quien en 1988 la utiliza para titular las actas del foro de 1986[1] . Según Wilson, la biodiversidad es « la totalidad de todas la variaciones de todo lo vivo».
... la conservación de la biodiversidad se sitúa entre la realidad científica y la construcción social

En 1992, nace el Convenio sobre Diversidad Biológica[2] , fruto de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo de Río de Janeiro. El segundo artículo del Convenio, «Uso de los términos », define la biodiversidad como la « variabilidad de los organismos vivos de todo origen incluido, entre ellos los ecosistemas terrestres, marinos y acuáticos, así como los complejos ecológicos de los cuales forman parte; incluye la diversidad al interior de las especies y entre especies, así como la de los ecosistemas. »
La Conferencia de Río marca una ruptura epistemológica mayor para el término « biodiversidad ». Éste ya no se limita a la biología sino que se abre a las ciencias humanas. A partir de Río y luego de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible de Johannesburgo (agosto de 2002), se asocian explícitamente las ciencias de la naturaleza a las ciencias humanas.
Este cambio semántico amplía el sentido literal del término para otorgarle una connotación interdisciplinaria. Desde entonces, la conservación de la biodiversidad se sitúa entre la realidad científica y la construcción social. Conlleva entonces una nueva manera de considerar las relaciones entre ciencias naturales y ciencias humanas, situándola al cruce del realismo y del constructivismo.

La posición del ser humano en la biodiversidad


Como toda especie viva, los seres humanos dependen de su medio ambiente de manera más o menos evidente y consciente. Durante toda su vida, el hombre consume, alimenta y alberga biodiversidad, como cualquier ser vivo, del árbol a la hormiga.
Los fundamentos de la noción de biodiversidad ponen en evidencia dos ideas esenciales: 1) La diversidad biológica se refiere al “conjunto” de la vida, por lo que el ser humano es un elemento más del “conjunto”, al igual que las otras especies. 2) La diversidad biológica es la dinámica de interacciones, incluidas aquellas entre el ser humano y su medio ambiente. Así, el hombre causa un impacto en la biodiversidad tal como la biodiversidad en el ser humano (relación recíproca).

Durante toda su vida, el hombre consume, alimenta y alberga biodiversidad, como cualquier ser vivo, del árbol a la hormiga

Estas afirmaciones lógicas se sitúan a la base del mestizaje de ciencias generalmente fragmentadas. Desde 1986, la utilización del término y del concepto coincide con la toma de conciencia respecto a la extinción de especies en el planeta, fenómeno latente en las últimas décadas del siglo XX. El objetivo principal de los textos fundadores que erigieron la biodiversidad al rango de problema político, consistió en estigmatizar la degradación de la biodiversidad, denunciar las amenazas que pesan sobre ella y subrayar la importancia de revertir esta tendencia.

Degradación de la biodiversidad y política


Los procesos de evolución generan la aparición y desaparición de especies que crean la biodiversidad. Lógicamente entonces, la desaparición de especies constituye una pérdida de biodiversidad.

Las "extinciones de fondo" están vinculadas a las modificaciones naturales de los ecosistemas (volcanismo, subsidencia, incendios, erosión, cambios climáticos naturales, etc). Además de estas dinámicas naturales, 3 grandes factores relacionados con las actividades humanas inciden igualmente en la desaparición de biodiversidad: los cambios en el hábitat, la introducción de especies y la sobrexplotación de recursos naturales.

... el desafío actual... implica preservar la biodiversidad a través de políticas participativas que permitan su estabilidad y su uso en equilibrio sano y sostenible
Los cambios en el hábitat y la afectación o uso de los suelos, son los fenómenos que históricamente generaron los mayores impactos en la biodiversidad y en los ecosistemas (particularmente en las selvas tropicales, los humedales y las zonas costeras). Pero la introducción de especies invasoras, la sobrexplotación de recursos biológicos, así como la contaminación y los signos de cambio climático de origen antrópico, amenazan igualmente la diversidad biológica. Estos factores interactúan en un sistema de relaciones complejo. Así, mientras que las extinciones masivas anteriores a nuestra época fueron causadas por “extinciones de fondo”, las actuales son principalmente provocadas por las actividades humanas.

Tal como se ha subrayado, la biodiversidad es una de las dimensiones esenciales de la existencia de la humanidad y del funcionamiento de los ecosistemas en general. Más allá de sus calidades intrínsecas y de su rol natural (valor ecológico)[3], ofrece a la sociedad “bienes y servicios” (valor económico)[4] . Se inscribe igualmente en las culturas y actividades de recreación humana (valor social )[5]. Estas constataciones, destacan el desafío actual que implica preservar la biodiversidad a través de políticas participativas que permitan su estabilidad y su uso en equilibrio sano y sostenible.

© Foto: Cégé (click para agrandar)
Hoy existe consenso a nivel científico y político respecto a la crisis de biodiversidad en el planeta Tierra. En abril de 2002, durante la sexta Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica, los gobiernos se comprometieron a « lograr para 2010 una reducción significativa de la tasa de pérdida de biodiversidad a nivel mundial, regional y nacional como contribución a la mitigación de la pobreza y en beneficio de toda la vida en el planeta. »[6] Después de los avances retóricos y superficiales que prevalecieron desde 1972, este compromiso marca un primer objetivo delimitado en el tiempo. Objetivo sin duda demasiado ambicioso y quizás deliberadamente ingenuo.

... la biodiversidad es también una problemática política que se discute y evalúa a distintos niveles de poder

Pasado 2010, resulta sin embargo evidente que los problemas siguen siendo los mismos destacados en el 2002. Durante la décima reunión de las Partes en Nagoya (octubre de 2010), los participantes reconocieron el fracaso y adoptaron un plan estratégico para el periodo 2011-2020 con 20 sub-objetivos cuantificados, pero también un acuerdo para la fusión del IMOSEB (International Mechanism of Scientific Expertise on Biodiversity) y la continuación del Millenium Ecosystem Assessment con el fin de crear el IPBES (Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services)[7] que se presenta como un “GIEC” de la biodiversidad.

Así, a partir de 1985 la biodiversidad cambió de estatus. De un nuevo término procedente de la ecología y de la sistemática, pasó a convertirse en un problema complejo construido por: 1) los científicos que provocaron la alerta y la llevaron a un nivel político; 2) algunos gobiernos aislados como Estados-Unidos (creación de la comisión de medio ambiente y de la EPA, Agencia de Protección Ambiental) o Suecia (convocación a la primera cumbre de la Tierra); y 3) la comunidad internacional, a través de la ONU.

Desde entonces, la biodiversidad se constituyó en una realidad natural que incluye al ser humano y sus actividades, pero también en una problemática política que se discute y evalúa a distintos niveles de poder.

(*) Julien Vanhulst, Sociólogo y Master en Medio Ambiente (Universidad Libre de Bruselas)
Doctorando en sociología (U. Alberto Hurtado, Chile – Beca MECESUP)
Doctorando en Medio Ambiente (Universidad Libre de Bruselas)
mail vanhulst


↑[1] Disponible aquí
↑[2] Ver Convenio sobre la Diversidad Biológica ver
↑[3] Ver por ejemplo: Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza aquí
↑[4] Ver por ejemplo: The economics of Ecosystems and Biodiversity y The International Society for Ecological Economics
↑[5] Ver por ejemplo: Milenium ecosystem assessment
↑[6] Ver UNEP/CBD/COP/6/20 Anexo: plan estratégico para la conservación de la diversidad biológica punto 11.ver
↑[7] Ver informe UNEP/CBD/COP/10/27 y el sitio de la plataforma intergubernamental para la biodiversidad:ver

Para bibliografía completa haga click en 'ver'


0 comentarios:

Publicar un comentario

Agradecemos tus comentarios y esperamos que sean siempre pensados en una afán constructivo.